20 abril 2005

De lo que se es, de lo que se quiere, de lo que no se tiene.

Dejemos las crónicas para los periodistas y paguemos nuestras deudas. <--- Joé, parece una canción de los Héroes del Silencio.

Hace un par de días lei en el blog de una amiga mía (muy querida por cierto) un maravilloso post sobre las diferencias y similitudes entre hombres y mujeres. Entonces le prometí que escribiría algo al respecto y creo que es hora de hacerlo.

Este es un tema peliagudo, porque quien más y quien menos es parte interesada (menos un profesor que tuve y que era demasiado joven para plantearse si era tipa o tipo, aunque la mayoría de los que lo conocimos pensamos que es piedrofílico).

En este mundo de locos, algunos se empeñan en decir que hombres y mujeres son iguales. No lo somos. Esta es la verdad, aunque ello no significa que no podamos tener los mismos derechos y deberes. De hecho, esa es la grandeza del sistema: las diferencias no nos discriminan, las usamos para enriquecer nuestras vidas y experiencias. Por supuesto, este sistema aún está muy lejos de funcionar, pero estamos en ello y supongo que eso es una buena señal.

Independientemente de mis creencias sociopolíticas, las mujeres me fascinan. De hecho, el que hayan sido durante tanto tiempo el sexo oprimido (nótese que no he usado la expresión "sexo débil", jamás se me ocurriría faltar a la verdad de manera tan descarada) no sólo me asombra, además me parece profundamente injusto, me cabrea. En mi modesta opinión, son mejores que los hombres en casi todo. Que conste que todo lo que hay escrito en esta página no es otra cosa que mi opinión personal y por consiguiente subjetiva.

Las mujeres me encantan. Me vuelven loco, casi todas. En toda mi vida apenas he conocido un puñado de mujeres a las que no les haya encontrado al menos una característica absolutamente arrebatadora. Aunque generalizar está bastante feo, parece que la mayoría de mujeres vienen con algunos dones maravillosos "de serie". Por ejemplo, la mayoría huelen bien. No me refiero a que se pongan perfumes o a que la mayor parte del tiempo estén más limpias que los platos en los que suelo comer, si no que tienen un aroma peculiar, algo que puede volverte loco incluso antes de cruzar una palabra con ellas. Podría pasarme horas y horas hablando de la parte física de mi atracción por ellas (y supongo que algún día de estos lo haré) pero he llegado a valorarlas más por esas cosas que son sólo de ellas, que los demás no podemos disfrutar a menos que ellas nos dejen verlas y que las hacen tan distintas a nosotros. Una de esas cosas es la percepción tan distinta que tienen del mundo. No quiero decir distorsionada, quiero decir que se fijan en cosas diferentes, un ejemplo: cuando he tenido alguna riña con alguna de mis parejas, siempre ha sido mi objetivo llevar razón, incluso aún siendo cruel, si lo que iba a decir era verdad y me ayudaba a demostrar mi postura, lo soltaba. Ellas siempre, siempre han reflexionado primero sobre el impacto que sus palabras iban a tener en mí antes de abrir la boca, y me consta que más de una vez me han ahorrado dolor innecesario escogiendo con cuidado sus argumentos. Para mí, lo importante era ganar, para ellas, lo importante era la vida que seguiría a esa discusión. Si tenían que recibir, recibían, pero lo preferían a hacerme daño rebajándose a mi nivel. Quiero decir, que la que más y la que menos posee una inteligencia para estos temas (o como se la llama más a menudo, instinto femenino) que no la hace más lista, pero sí más sabia, y a la larga, menos infeliz.

Eso último nos lleva a otra de las grandes virtudes de estos seres fascinantes: la capacidad de sacrificio. Todos los que hayan conocido a una buena madre saben de qué hablo, y para los que no la hayan conocido las palabras sobran. La voluntad, la atención a los detalles y esa fortaleza de carácter que no se sabe de dónde sacan son otros de los rasgos que hacen de ellas individuos excepcionales. Lo paradójico del tema, es que la mayor parte de las veces ellas no son conscientes de todo esto, y algunas de estas cualidades sólo salen a la luz tras haber sufrido mucho o haber sido tratadas con gran dulzura. Lamentablemente, en este tiempo nuestro, es más común lo primero que lo segundo.

Personalmente, procuro tratar a las mujeres de manera especial. No porque crea que les hace falta, si no porque simplemente me fascinan. Son preciosas, en muchos aspectos, y como maravillas que son me gusta admirarlas y cuidarlas en la medida que esté en mi mano. Imaginaros un mundo sin colores, una vida sin música. Intentad visualizar un universo sin cosas mágicas como los idiomas, la televisión o los gatitos. Ahora pensad que de todas esas creaciones asombrosas, las personas somos las más complejas y maravillosas, y que de entre todas ellas, las mujeres son las más sabias y misteriosas. Imaginad que desaparecieran... ¡qué triste! La buena noticia es que están por todas partes, y sólo hay que salir a la calle para compartir el mismo aire que ellas, disfrutar de su compañía y, con un poco de suerte, que se interesen por lo que haces o piensas.

En todo esto hay algo que es para mí un misterio, una suerte y una tragedia a la vez, como el Kinder Sorpresa. Me refiero a la atracción que sienten por nosotros. Por supuesto y como dice la sabiduría popular, en todos lados cuecen habas, y de todo hay en la viña del Señor (creo que se refiere al señor Polanco, que debe de tener las viñas más grandes con la cantidad de cosas que controla), pero conociéndome como me conozco, y sabiendo lo estupendas que son ellas, para mí es asombroso que se empeñen en compartir ese universo interior tan rico que tienen con un hombre. Me sorprende que no puedan evitarlo, y me deja perplejo que algunas lo deseen con todas sus fuerzas. Esa es la parte del misterio. La parte de la suerte, es por supuesto que soy un hombre. Si fuera una planta, un enchufe o un capítulo viejo de "Los Vigilantes de la Playa" estoy seguro de que no podría aspirar a que alguna vez alguna mujer quisiera que formara parte de su vida más que otra cosa, pero estoy seguro de que así es (y aunque todavía no la haya encontrado -toma publicidad subliminal!- la sigo buscando, porque tiene que estar por ahí, en alguna parte). Esta misma suerte encierra mi tragedia: me siento especialmente atraído por las mujeres que son inteligentes y emocionalmente sabias, con lo cual al cabo de poco tiempo se dan cuenta de que no las convengo y que salgan de mi vida es algo tan inevitable como doloroso. Sí, señores y señoras, es como la polilla y la llama: cuando esto pasa sufro sin medida, pero no puedo evitar querer acercarme a ellas. Qué se le va a hacer, hay destinos peores: podría haber sido profesor de filosofía.

Joder, qué a gusto me he quedado. Hace tiempo que quería escribir estas cosas. Aunque no tenga el estilo con el que me hubiera gustado dirigirme a vosotros y me he dejado muchas cosas en el tintero, estos son algunos de mis pensamientos sobre uno de mis temas favoritos: las personas y en especial, las muejers. Espero que aunque no los compartáis, no me crucifiquéis por ellos, que yo sólo intento aclararme en estos días, y al que no le guste, con cerrar la página tiene suficiente.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

8 Opinaciones:

Blogger Didacsoy dijo...

A las 3 de la mañana suelo estar más lúcido que a las 3 de la tarde, ten en cuenta que soy un bicho nocturno. De todas maneras, de lo que se piensa y siente a lo que se hace va un trecho considerable: la cobardía y la inseguridad tienen unos eferctos terribles en este mundo!

10:13 a. m.  
Blogger Didacsoy dijo...

Esa es la teoría. Yo sólo quería decir que a los humanos a veces nos falla la ejecución aunque los planes sean ferpectos. Y respecto a lo de la novia, me lo decía cuando estaba conmigo, ahora que estoy solo hago lo que puedo, aunque no sea mucho.

11:45 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Aceptamos respondido, es que lo mire y dije muy divertido pero no es la respuesta que esperaba... por cierto, asias, sabes que me encanta que escribas blogs en castellano para el mundo :P y por cierto ni nosotras somos tan maravillosas, ni vosotros tan desastrosos... lo importante es complementar y cuidar a un ser que de vez en cuando te necesite y te de mimitos XXX con quien compartir en igualdad de condiciones y como no podría ser menos te gustan las mujeres inteligentes y sabias porque eres inteligente sabio... y retorcido XD y adorable como el gorrito que llevas en la photo. Patunetes... testimu

7:33 p. m.  
Blogger Didacsoy dijo...

Yo se pone rojo... gracias por las palabras de ánimo ;P Tú sabes que cuando escribo sé cómo empiezo, pero no cómo acabo: es más divertido así. Por supuesto, el hecho de que os vea "tan maravillosas y nostros tan desastrosos" es producto de mi mente enferma y de mi alma torturada, pero ya sabes que incluso los monstruos retorcidos como yo tenemos nuestro encanto. Jo també t'estimu! :D

8:22 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Buenas....
No quería que faltará mi nota a este, tu documento escrito...

Mmmmmmm como muy bien dice Mnznt no son tan maravillosas ni nosotros tan desastrosos, pero por mucho que diga aqui en estas breves palabras el tema es tan grande y tanto que matizar que no tengo espacio suficiente aquí, haré mi documento escrito en mi weblog próximamente, pero no sin antes resumir lo que alli voy a escribir....

El tema es tan grande y hay tanto que matizar por que todos somos humanos y aunque parecidos distintos.

Saludosssssssssssss
José Enrique.

9:31 p. m.  
Blogger zon7 dijo...

Yo con didac. A mi me encantan las mujeres.
Cuantas mas mejor

7:35 p. m.  
Blogger Didacsoy dijo...

Increíble! Un doble dígito en los comments. Creo que voy a llorar. Lo de ir a BCN es un proyecto pendiente. Os pongo en mi lista de gente a la que dar la murga mientras estoy por allí :D

3:23 a. m.  
Blogger zon7 dijo...

Yo soy informatico y teleco.
Pero si quieres me hago biologo, no tengo nada que hacer el año que viene

1:46 a. m.  

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