15 julio 2005

Un respiro

Sé que todos estais esperando que os cuente el viaje a Talavera y el concierto de los Scorpions, pero no va a poder ser hoy. Me disculpáis, ¿verdad? La crónica llegará, estad tranquilos, pero hoy no.

Estoy muy hecho polvo. Cansado, quiero decir. Agotado de hecho. Esta última semana, he invertido mucha energía en asuntos varios, de los que el concierto es sólo una parte: el viaje en coche, el asunto de mi hermano (otra cosa que tengo que contaros), la caña a la que estoy sometiendo mi red de telecomunicaciones y mis siguientes exámenes me han dejado en la reserva. Supongo que cuando pueda dormir más de un par de horas seguidas volveré a ser la brillante y chisposa criatura a la que estáis acostumbrados (o el ogro implacable que se come a vuestros hijos... cualquiera sabe!).

Qué más, qué más... tengo proyectos! Este verano se presenta movidito: viajes, amigos, trabajo, música... Espero no acabar con sobredosis de actividad. Aunque después de tanto tiempo de estar parado, la verdad es que se agradece. Y voy a ver si me cuido un poco, que tengo que preparar este cuerpazo mío para los viajes del próximo invierno y además no quiero que se me resista ninguna nunca más [guiño-guiño].

En el campo más mentafísico, tengo que deciros que amo la vida. Hoy el sol brila más y el aire me parece más limpio, menos viciado. Las cosas malas ocurren a veces, cierto, pero las personas buenas (me refiero a las que "salen bien", a las especiales, a las de pata negra, a las que te quieres parecer cuando seas mayor -o ahora mismo-) son una constante. Están, y yo afortunadamente tengo a unos cuantos (debí de ser algo bueno en otra vida, porque tengo más de los que me tocan!) alrededor y su número sigue creciendo. A los que sois, muchas gracias. Vosotros sabéis, yo sé y también es verdad que nunca tendré palabras suficientes para describiros. Por suerte, mi corazón es de renta baja, y ya tengo algunos inquilinos vitalicios.

Si fuera una foto, ahora mismo estaría de pie, de perfil, mirando hacia arriba, sobre un acantilado escocés, con un sol de justicia y llorando al viento. Llorando con una sonrisa de oreja a oreja. Las lágrimas son porque estoy triste... la sonrisa es porque aún así soy feliz. ¿Se entiende? Yo tampoco, pero es así. Bendita patata, que me trae tantas cosas buenas. Deleitándome en el hecho de ser humano, os dejo por hoy. ¡Cuidaos!

Buenas Noches y Saludos Peludos,

Diego.

3 Opinaciones:

Anonymous Anónimo dijo...

animo

1:36 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

El mensaje de animo ya lo puse y a desparecido asi que reincidire de forma mas clara, solo por molestar.

Diego chico animo, que no pasa nada venga va animate vamos, campeon, venga va va vaaaaa, si es que no me gusta leerte asi con lo que tu has sido, un fiera, un tigre un mostruo, vamos !!arriba ese animo¡¡¡ venga campeon que las lagrimas no te impidan ver las estrellas... jeje

Un saludo José Enrique

1:44 p. m.  
Blogger Didacsoy dijo...

Pepe, eres un crack. Gracias.

3:09 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home