23 junio 2005

Qué frio, coño!

Ay, mare, mare, mare, qué pereza!

Siento habéros tenidos tan abandonaetes durante estos días, pero aún me estoy aclimatando a mis horarios nuevos. Resulta que aún sigo bronquítico perdido, pero ya se me va pasando. He perdido ese deje de camionero en paro en la voz que tan atractivo me hacía, pero qué se le va a hacer.

No me recuperé tan rápido como pensaba del concierto de DIO+Anthrax. Por cierto, estuvo brutal. No os pongo una reseña para no poneros los dientes largos, sólo deciros que me arrepiento de no haber preparado la parte de Anthrax a conciencia, porque se salieron por todos los lados!

Después del concierto, mudanza veraniega a la playita (y consiguiente pérdida de mi querida conexión a internete). Esa es la razón de que no os escribiera: la tradición es escribir antes de acostarme contando qué ha pasado tal día, pero cuando iba a escribir, decía: "coñe, no tengo conexión!... bueno, ya lo haré mañana en el trabajo" y claro "mañana" se me pasa. Conclusión, lo vas dejando, lo vas dejando y mira lo que pasa. Si a eso le sumáis que intento estudiar para mi último examen de la temporada, tengo que seguir jugando al Go, Alicante está de Hogueras (vamos, imposible y con unos horarios la mar de chungos) y mi perrería inherente, lo raro es que os haya escrito hoy. Pues eso, que a ver si me acostumbro a la vida en la playa y retomo un ritmo medio normal de posts.

En otro orden de cosas, por fin han puesto el aire acondicionado en el trabajo, después de que se averiara a principios de junio (del año pasado!!!!!!) y aquí se está de rechupete. Siguiendo con la relación tan estupenda que tenemos el chacho Murphy y yo, aún no estoy recuperado de la garganta, y veo en lontananza otra recaída bronquítica... pero a ver quién es el guapo que les apaga a los guiris el aire ahora que lo tenemos. Claro, por eso estoy aquí sentado estornudando y tosiendo cada dos por tres, y diciendo ¡Qué frío, coño!

Hala, cuidaos y no hagáis maldades... al menos no sin grabarlas y publicarlas!

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

13 junio 2005

Buaaaaahhhhhh!

Hoy estoy malito, así que cero posts.

Eso sí, suerte mañana, Eva.

Buenas [¡¡¡¡¡couuuuugghhh!!!!!] y Saludos [cough] [cough] Peludos,

Diego [sick].

12 junio 2005

Tentación. Placer Prohibido.

Aquí estamos otra vez con un wonderfuloso post de fin de semana. No os quejéis que éste es de los mejores.

El viernes por la noche estuve en una especie de orgía. Como sé que ya tengo toda vuestra atención, voy a contar a vuestras mentes enfermas exactamente qué sucedió. Juro y perjuro que no me invento nada y que no faltaré a la verdad (ya sabéis, a no ser que me convenga) en las siguientes líneas.

Pues eso, que al principio de la noche estábamos solos la "Jefa" y yo. Luego entenderéis porqué la llamo "la jefa". Ella venía ya caliente, porque había estado con gente muy poco recomendable y se había tenido que reprimir durante más de una hora y media... pobrecita lo que debió de haber sufrido.

Total, que llegamos a su casa y nos pusimos cómodos, ambos quejándonos del durísimo día que habíamos tenido y empezamos a preparar lo que íbamos a necesitar: nos lavamos lo primero y luego elegimos los aceites y los "utensilios" que utilizaríamos. Los pongo entrecomillados porque porque acabamos usando cosas de lo más raras... y curiosamente, los que más problemas nos dieron fueron los más pequeños. Afortunadamente, en los grandes todos estuvimos de acuerdo. Como ambos somos unos ansias, nada más llegar, intentamos toquetear el asunto, pero claro, así sin preparación, lo primero que hizo la cosa fue bajarse de manera espectacular (si nunca lo habéis presenciado, es ciertamente memorable). La Jefa dijo que era normal y que ya vería cómo luego todo iba bien... yo pensé que era raro, pero que ella era la experta. Yo estaba nervioso porque justo se bajó al tocarlo yo... ¡imaginaos qué papelón! ¡A lo mejor la noche se jodía! ¡Y por mi culpa! Definitivamente fue un momento "Tierra Trágame(TM)"

Entre unas cosas y otras, antes de darnos cuenta nos metimos en harina. La Jefa es una maestra en eso de amasar estos cacharros, y después de enseñarme un rato, llegamos a la conclusión de que era tremendamente divertido y desestresante (bonito palabro, no sé si existe, pero vosotros entendéis lo que quiero decir, guiño-guiño), sobretodo con una cantidad así de material. Yo me moría de impaciencia, porque veía que las cosas habían empezado estupendamente y ya tenía ganas de ver en qué quedaba todo aquello, ¡porque acabamos montando un buen cirio! Os diré, que hubo un momento en que parecíamos auténticos profesionales (de hecho, los compañeros de piso de La Jefa lo sugirieron cuando llegaron al final, a tiempo de hacer una aparición especial y un "control de calidad"). Llegamos al momento mecánico de la historia, ya sabéis: cuando estás justo ahí dale-que-te-pego(TM) y pim-pam-pim-pam(TM) también, en ese momento en que estás en sintonía con lo que estás haciendo y pierdes la noción del tiempo. Justo en ese momento decidimos improvisar e incorporamos los instrumentos más pequeños a la fiesta. De hecho, tuvimos que hacer un parón para ponernos de acuerdo en cuáles servirían mejor. Al final nos decidimos por el clásico tapón y un tubito de cristal que La Jefa tenía por casa (aún no sé para qué se usaba el tubito antes de aquella noche; lo del tapón es tan obvio que no lo explicaré). Resultaron excelentes elecciones, pues nos permitieron lidiar muy eficientemente con tanto agujero. Otra cosa digna de mención, es que las cosas se hinchaban después de aplicarles los instrumentos; todos, los pequeños y los grandes, ¿eh? No esperaba yo que se notase tanto, aunque al final La Jefa se preocupó un poco porque cogieran demasiado volumen... pero me estoy adelantando.

Pues eso, que estábamos en plena fase de experimentación cuando llegaron el resto de invitados: una pareja (osea, un él y una ella, que también son pareja en la vida real) a los que llamaré cariñosamente Winnie y Tiger para preservar su anonimato. Nos saludamos, como es normal entre personas tan sofisticadas, pero cuando ellos vieron que el evento ya había empezado, decidieron no perder tiempo y enseguida los pusimos al día. Como ellos tampoco lo habían hecho nunca, (aunque Winnie es toda una experta en cosas parecidas... y su mamá también, que para eso la enseñó) La Jefa les fue dando indicaciones hasta que los cuatro funcionábamos como una máquina bien engrasada (por eso La Jefa era la jefa: era la única que parecía saber qué estaba haciendo). Otra vez pim-pam-pim-pam(TM). Nos repartimos el trabajo de la manera en que estábamos más cómodos: Winnie y yo nos encargamos de los utensilios y los agujeros, La Jefa se encargó del aceite y la parte final y Tiger iba de un lado a otro metiendo las narices en lo que podía. Cuando el trabajo en equipo dio sus primeros "frutos" (de los muchos -casi demasiados para mi gusto- de aquella noche), La Jefa nos dijo que tuviéramos cuidado, que no estaría bien acabar con aquello cuando estaba tan caliente (especialmente justo después de la parte del aceite) y que lo dejáramos enfriar, que podríamos volver sobre ello más tarde y disfrutarlo en condiciones.

Al cabo de un buen rato, Tiger y yo nos cansamos un poco de la historia comunal y decidimos ir a otra habitación a "tocar unas teclas". Ya sabéis lo que nos gustan nuestros cacharrines... ¡no podemos evitarlo! Mientras, al otro lado de la galería, Winnie y La Jefa seguían con lo suyo que si dale-que-te-pego(TM) y pim-pam-pim-pam(TM) (bueno, ya conocéis la historia, parece que ellas nunca se cansan con estas cosas). Y mientras estuvieron solas confabularon contra la parte masculina de la juerga, como más tarde comprobaría Tiger en carne propia al morder algo que sabía "demasiado salado", según palabras textuales. La mención de que las chicas estaban incorporando el chocolate fundido y otras coberturas al "proyecto" nos sacó de nuestro ostracismo y volvimos a ser un cuarteto. A estas alturas, ya sólo quedaba rematar la faena como orgullosos currantes y finiquitar aquello que se había estado calentando con el rollo del aceite durante casi toda la noche. Pequeños, grandes, un agujero, dos a la vez... incluso tres! Aquello parecía no tener fin. Disfrutamos como enanos y acabamos más que hartos... ahí había más placer del que podíamos digerir.

Cuando ya nos estábamos dando por satisfechos, aparecieron los compañeros de piso de La Jefa: uno picoteó un rato, pero dijo que se iba a ver la tele, que no estaba en condiciones de seguirnos el ritmo, y el otro, que apareció con su novia, dijo que se tenía que ir pronto a la cama. Nosotros pensamos que los dos (el tipo y la novia) querían quedarse con nosotros y disfrutar todos juntos, pero que aquella pareja no las tenía todas cosigo a la hora de digerir todo aquello. Finalmente, se demostró que nosotros teníamos razón (se habían quedado con las ganas) y ambos volvieron a por una mini-ración... asegurando que a la mañana siguiente se darían un buen homenaje a nuestra salud.

Lo mejor de toda esta historia es que La Jefa ¡¡¡me dejó sacarle unas fotos en pleno disfrute!!! Aquí tenéis el resultado que produjo tan memorable noche en unos pocos documentos gráficos:













Están un poco más abajo...













¡Eso, pasa hasta el fondo!













Sigue, sigue, no pares... ya casi está!













La Jefa y el palote
Aquí la tenéis en un momento chocolate.

Mira, es redondo!
No sé a cuál de los dos le hincaría el diente primero.

Glglglglglglgl....

¡Rico!

Ñam. Y punto.
Estas tres son del resultado final de tanto esfuerzo.

Tamaños
Como podéis ver, los grandes son grandes. Los pequeños son... juguetones.

Fetichismo
Sabía que os moríais por ver los utensilios de los que os he hablado. Aquí hay uno grande (la taza) y los dos pequeños. El tubito de cristal está justo delante del tapón de la botella de agua, aunque no se vea demasiado bien.

Al final, esta fue la historia del viernes por la noche. Yo iba a casa de una amiga a pasar un rato y al final me vi envuelto en una orgía repostera... y es que con tanto donut a uno se le iban los ojos y las manos. Ahora que sabéis qué pasó, volved a releer el post para limpiar vuestras conciencias, que tenéis la mirada sucia, ¡leñe!

En resumen: tanto donut es una tentación, y comérselos, un placer prohibido!

Me despido hasta mañana de tod@s vosotr@s. Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.


PD: He tenido que publicar esto desde el trabajo, aunque fue escrito ayer por la noche, porque me he mudado a la playa y allí no tengo internés (aunque supongo que será cuestión de tiempo que algún vecino "comparta" amablemente su wireless conmigo.

10 junio 2005

Uno más.

Es triste decirlo, pequeños y pequeñas, pero hoy no hay nada especial para endulzar el post. He tenido un día movidito y mi vida personal (y la de las gentes que me rodean) ha tenido su buena dosis de sacudidas. Lamentablemente, nada bloggeable, y ahora mismo estoy demasiado cansado sólo de pensar en el día que me espera mañana. Eso de ser un adulto responsable y cumplidor es más difícil de lo que dejaba entrever el folleto, y para colmo, me estoy quedando ronco. Ya verás como el miércoles que viene, que me voy por primera vez a un concierto de DIO, estoy afónico perdido. Mis compañeros de viaje lo consideran una suerte (¡qué crueles llegan a ser los animalicos!), pero yo me veo jodido.

Hala, a ver si mañana tengo la chaveta un poco más fina y nos vamos todos de fin de semana con un post algo más jugoso. Que os sea leve.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

09 junio 2005

Gracias, Eva.



"Una canción perdida
se arrastra lenta por la memoria,
una conciencia hermosa,
se da el capricho de estar dormida.

En la estación vacía
y tras un banco desocupado,
me lo encontré sentado
y sonriente, ensimismado.

Tenía la pinta que tienen
en un mal día los perros mojados
su ropa no estaba sucia,
pero en sus ojos crecía la angustia.

Le pregunté '¿Un día duro?'
me hizo un gesto para que me sentase
y aún mirando a la vía
puso en palabras las cosas vividas.

Nunca fue fácil ser el que se queda después de los días vividos por ti,
en esta Tierra que sigue girando el esfuerzo vacío acaba conmigo.
Si las mañanas no traen un mañana que pueda entregarte en bandeja de plata
tampoco existen cadenas
que me impidan de nuevo abrazarte, mi alma.


'Llevo triste mucho tiempo,
ella me falta y la echo de menos.
Los días se me hacen largos
y los inviernos parecen eternos.

Hace mucho que se fue,
no menos de diez primaveras,
de noche me despierta su risa,
y su olor aún recorre mis venas.

Todo lo que nos dio el destino
apenas duró un instante
y tuve que conformarme
con ese tiempo que pasó conmigo.

Ella me hizo su amigo,
justo habíamos empezado a hablarnos,
y un borracho al volante
me la quitó con sólo seis años.'

Nunca fue fácil ser el que se queda después de los días vividos por ti,
en esta Tierra que sigue girando el esfuerzo vacío acaba conmigo.
Si las mañanas no traen un mañana que pueda entregarte en bandeja de plata
tampoco existen cadenas
que me impidan de nuevo abrazarte, mi alma.


Lloramos juntos por dentro,
él ya no lloraba por fuera.
"Aquí llega mi tren", anunció,
lleno de tristeza.

Al despedirnos le dije:
'siento mucho lo de tu hija.'
Él se fue hacia el andén,
sonrió y se quitó la vida.

Nunca fue fácil ser el que se queda después de los días vividos por ti,
en esta Tierra que sigue girando el esfuerzo vacío acaba conmigo.
Si las mañanas no traen un mañana que pueda entregarte en bandeja de plata
tampoco existen cadenas
que me impidan de nuevo abrazarte, mi alma.


Nunca fue fácil ser el que se queda después de los días vividos por ti,
en esta Tierra que sigue girando el esfuerzo vacío acaba conmigo.
Si las mañanas no traen un mañana que pueda entregarte en bandeja de plata
y ya rompí las cadenas
que me impedían volver a abrazarte, mi alma.
"

- Didacsoy, Junio de 2005.


Esta es mi primera canción en 6 años. Sé que es triste, pero por algo se empieza. Eva, gracias por recordarme que esto era lo que hacía cuando era más feliz. Espero que os guste, y ahora me despido por hoy.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

08 junio 2005

La M con la A, ¿Qué?

Leyendo los comentarios que tan amablemente me habéis dejado sobre mi anterior post, empiezo a albergar la sospecha de que mi dominio del idioma castenallo no es tan alto como yo pensaba. He releído mi post, y aunque sí que reconozco que a lo mejor puede parecer un poco oscuro a primera vista, no era mi intención ponerme lúgubre ni pesimisto.

Así, pues, debo atribuir el fallo de comunicación al cansancio que acusaba anoche a la hora de dejaros aquellas líneas. Lo primero: mi estado de ánimo es ciertamente bueno en este momento. Tengo proyectos, una rutina relativamente cómoda (aunque creo que eso va a ser que sigo de vacaciones) y ahora mismo no me agobia nada. Mis correrías sentimentales del pasado me hacen cada vez menos daño y cada vez más de cuando en cuando (joder, ¿es que "Born to Touch your Feelings" no tenía otro momento para sonar en el puto shuffle?) y en este momento no me hallo tras la pista de ninguna otra complicación en mi vida, lo que me hace disfrutarla bastante. Lo segundo es que "La rebelión de las masas" es un libro que me marcó mucho cuando lo leí, allá por aquellos felices tiempos en los que me dedicaba a hacer llorar a los profesores de filosofía. Sí que es verdad que me interesa el tema, pero no me obsesiona. Me interesa a nivel teórico, sólo como fuente de conocimiento de la condición humana. No es que me haya entrado de repente la crisis existencialista (otra vez). Calculo que aún me quedan otros seis meses para eso XD.

Lo que pasó fue que leyendo el blog de Fuckowski, volví a recordar aquel interesante problema que una vez me planteé y que decidí dejar sin resolver porque aún no era el momento. Fue sólo una conclusión de esas infalibles a las que llega mi cerebro sin tener nada que ver con el entorno existente en ese momento. Ya sabéis, en la expresión "libre asociación de ideas", para mí la palabra clave es libre... casi diría que, en mi caso, libertina. De verdad, lo que escribe ese hombre no tiene desperdicio, no lo dejéis de lado sólo porque yo pienso demasiado: nunca necesité estímulo externo para eso.

Mi papá siempre decía que "el vago trabaja dos veces". Qué razón tenía: si me hubiera molestado en redactar mejor mis pensamientos de ayer, ahora no estaría escribiendo este post. De todas maneras, como "no hay mal que por bien no venga", así me ahorro uno de esos temas extraños que tanto gustan por aquí para cuando no haya nada más que contar, que "más sabe el diablo por Diego que ciento volando" y luego siempre ando falto de inspiración. Para terminar os dejo con una frase que escribí hace unos años y que comenzaba una de mis canciones. Es una pena, pero en el mismo momento de escribirla, mi mente quedó vacía y nunca pude plasmar el resto de la pieza. La tengo apuntada en un papel que veo de vez en cuando, con la esperanza de que algún día vuelva la musa y como dice Tontxu "me permita que le bese la boca". Ahí va:


"La imaginación es un río que fluye hacia arriba." - Didacsoy.


Dadle un par de vueltas, y luego me contáis qué pensáis de ella. Como no tengo nada más que escribir por hoy, sólo me queda despedirme.

Buenas noces y Saludos Peludos,

Diego.

07 junio 2005

Más cosas

Hoy es tarde y estoy agotado. He estado leyendo un par de blogs que me han encantado. Son hilarantes los dos, pero el segundo, me ha tocado algo dentro. Supongo que todos llevamos en nuestro interior (en mayor o menor medida) la lucha entre el individuo y la masa que decía Ortiga y Cassette: no quiero ser masa, pero supongo que ningún individuo quiere serlo y aspira a destacar. En principio, el mero hecho de plantearse esta cuestión ya nos libra del mar de las masas, pero si todos tenemos esa misma inquietud, ¿no seríamos todos iguales y por tanto alguna clase de masa? Es una paradoja que nunca logré resolver, al menos no a nivel teórico.

Que sea tarde es culpa de El Teleoperador, no he podido por menos que devorar todas sus llamadas, de donde he sacado este enlace: El Pringao. Hace unos meses que leí por casualidad este artículo en su versión original (en inglés), pero he pensado que a más de uno le haría gracia leerlo, sobretodo por la verdad que encierra.

Decía que además de ser tarde, estoy bastante cansado. La causa de eso es el blog de Fuckowski, que me ha hecho pensar mucho y muy duro sobre muchas de las cosas que me han pasado durante los últimos 7 añitos. Creo que no ha sido casualidad que haya leído la historia de "Alas de Barro" en último lugar, como si fuera un colofón que algún hado manipulando las leyes de la causalidad hubiera colocado al final de las revelaciones Fuckoswkianas a modo de moraleja. Ahora me siento extraño, pues aspirar al mismo destino que F. se me antoja como otro intento de desmarcarse ("sí, ya veo, eres diferente... como todos los demás") y aún no sé si es genuino o un simple reflejo de la condición humana. Supongo que en eso consiste mi viaje, y emprender el camino es el primer escollo a superar, vaya que sí.

Tomo nota de la sugerencia de J.E. voy a introducir alguna sección nueva en esta colección de despropósitos que es mi blog para organizarla un poco, que ya toca, pero como dicen al final de Conan, eso es otra historia.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

06 junio 2005

Y yo sin enterarme

Por una vez, voy a ponerme semiserio, porque este es un tema que me preocupa. Buscando enlaces para una de mis entradas de este blog, me he encontrado con la página de este señor, Jorge Cortell. Opino que lo que dice tiene una lógica aplastante y que lo que ha pasado con él no sólo es increíble (en el sentido más duro de la expresión) si no que además es inaceptable. Lamentablemente, me escandalizo menos de lo que debiera, pero me cabreo como en mis mejores tiempos. Aquí tenéis su blog, por si acaso el enlace anterior no funciona, que está de migración.

Os dejo que leáis y os posicionéis. Yo ya tenía clara mi opinación al respecto, pero ahora además tengo argumentos de los que se pueden tirar a la cabeza. No nos moverán.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

04 junio 2005

Mira qué he encontrao

Buscando una foto especial para mi anterior post (a ver si sabéis cuál es) me he topado con otro blog que al parecer trata sobre dos cosas que me apasionan: los cacharros y el diseño. Por favor, echadle una mirada que merece la pena. A mí por lo menos me ha gustado mucho: La coctelera

Expediente Chino

Hay que ver, que lo prometido es deuda y yo prometí escribir esto para El Pepe (a J.E. le jode que lo llame así, que para eso tiene un nombre bien bonito, pero a mí me gusta). Con un par de días de retraso, es verdad, pero los exámenes mandan y contra eso sí que no puedo hacer nada. Bueno, de hecho he estado haciendo cosas contra eso durante los últimos años, pero es que me estoy reformando XD.

Resulta que el otro día (martes? miércoles? yo también tengo un amigo alemán que me esconde las cosas) estuve cenando en un restaurante chino con unos amigos. Hasta ahí todo normal. Pero justo antes de empezar la cena, uno de ellos me dijo que si quería ver algo bueno, que me lavara las manos. Claro, inmediatamente uno piensa: ¿me está llamando guarro? ¿a mí? ¿en un RESTAURANTE CHINO?, pero me aclaró que fuera al baño cuando terminara la cena, que no había prisa, pero que me iba a gustar. Intenté no darle importancia a la cosa y no pensar que a unos metros de mí se hallaba algo que *necesitaba* ver, pero los que ya me conocéis, sabreis que resultó imposible. El comentario aparentemente inocente de mi amiguete J.A. (lo de las iniciales es porque necesito practicar: cuando sea mayor también quiero dedicarme a la prostitución de lujo... mmm... o al periodismo del corazón, que tampoco hay tanta diferencia) bastó para mantenerme en estado de impaciencia y anticipación durante el resto de la cena. ¿Qué será, será? Aventuré unas cuantas hipótesis: Grifería genital? papel higiénico de corazoncitos? Tapa de la taza del wáter superdiscofashion? De repente, el restaurante chino se había convertido en una cueva de Alí-Babá llena de maravillas por explorar.

En acabando la cena, y justo después de haber dado buena cuenta del flan (postre chino tradicional donde los haya, gracias Marco Polo), salí escopetado hacia el lavabo. Voy a intentar describiros la escena lo más fielmente que me sea posible:

El pasillo que llevaba a la puerta roja del lavabo no era tan cutre como el resto del restaurante (claro, al no tener nada más que paredes, no había nada que pudiera estropearlo) pero estaba oscuro y era más bien claustrofóbico: me sentí en casa. Empujé la puerta y lo que ví ya lo había visto antes minolles y minolles de veces: habitación estrecha de metro y medio por dos, lavamanos a la izquierda, y un inodoro (esta palabra siempre me ha hecho gracia... ¡uno de los mejores eufemismos que conozco!) frente a él separado del resto de la "espaciosa" estancia por otra puerta roja. Azulejos blancos en las paredes, espejo sobre el lavamanos y secamanos de aire a la izqauierda de éste (justo entre la puerta y el lavabo). Una papelerita llena de toallitas de celulosa y por supuesto una saludable población creciente de gérmenes y bacterias (me dieron la bienvenida, ¡me sentí como Mr. Marshall! al menos yo los oi. Lo puedo jurar. Existen porque los oi. Ningún médico podrá convencerme de lo contrario... los oi en mi cabeza, tan claro como oigo a todos los demás: Josecristo, Belecebob, El monstruo de las galletas, las docenas de mujeres que me desean todos los días...).

Volví a mirar a mi alrededor y mientras me preguntaba otra vez qué leches tenía de especial aquel sitio, la influencia subliminal del cuarto de baño hizo su efecto en mí y me dispuse a usar las instalaciones. En aquel momento mi estado de ánimo estaba repartido al 50% entre desconcertado y decepcionado.

Me situé delante de la taza y comencé el proceso de hacer mis cosas. Ni siquiera me molesté en cerrar la puerta que separaba el inodoro (juas, otra vez) del resto del aseo y ahí estaba yo: de pie, mirada al frente, cuando de repente tuve la sensación de que algo no encajaba. Una especie de instinto me decía que había algo fuera de lugar en ese baño (un instinto o el pollo estilo chino, vete tú a saber) y que tenía que echar otra ojeada. Pues eso, que me recliné hacia atrás para poder echar otro vistazo a través de la puerta abierta y al mirar a la izquierda tuve una bonita vista del lavamanos de frente. Entonces lo vi. No podía creerlo, ¡qué pequeño era el mundo! Casi lo pongo todo perdido, pero mi autocontrol se hizo cargo de la situación y me concentré en acabar lo que estaba haciendo lo más rápidamente posible. Fueron los 15 segundos más largos que recuerdo en mucho tiempo.

********** NOTA: Atención, esta parte que sigue es para los alicantinos nostálgicos. Intentaré explicar lo que significa para el resto de mi querido y respetado público, pero es complicado que lo entendais del todo si no habeis vivido aquí. Espero que me perdoneis esta pequeña licencia localista. **********

Ahí estaba, confirmado, no era un espejismo si no un agradable fantasma venido del pasado: echadle un vistazo a las fotos si no me creéis. Lo siento por la calidad de las fotos, pero lo único que tenía a mano era el móvil.





















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Imagen nostálgica 1
Casi hecho una lagrimita al ver que el secamanos provenía de Galerías Preciados. ¡Cuántos recuerdos!


Imagen nostálgica 2
No, no os lo estais imaginado: G A L E R I A S.

Imagen nostálgica 3
Aquí teneis un detalle del logo de Galerías Preciados (rojo con las letras en blanco) aunque la cámara y las condiciones de luz no permitieron que saliera más legible, aquí teneis la prueba de que lo intenté.


Imagen nostálgica 4
Una cosa curiosa: por supuesto intenté usarlo y secarme las manos con tan sorprendente hallazgo. Lamentablemente, la línea blanca que veis en la parte inferior de la foto es el cable del enchufe, que estaba desconectado. Al ir a enchufarlo, me topé con el agujero que se vé arriba a la izquierda en la foto: es el zócalo para la roseta del enchufe. ¡Estos chinos son la bomba! Tienen una reliquia y para ahorrar electricidad utilizan toallitas de celulosa... muy extraño.




Para los foráneos, diré que Galerías Preciados era una gran superficie que le hacía la competencia a El Corte Inglés. El que había en Alicante desapareció hace muchos años (yo diría que unos 10, pero no me hagáis mucho caso que las fechas no son lo mío) y era bueno porque estaba en la misma calle y le daba una especie de alternativa a la gente. Tenía un montón de marcas exclusivas que le daban mil vueltas al resto de marcas blancas de otras grandes superficies, sobretodo en alimentación y era bastante simbólico que tanto El Corte Inglés como Galerías estuvieran en estremos opuestos de la misma calle: uno al principio y otro al final. Parecía como un duelo en el Oeste, así uno a cada lado de la calle con más caché de la ciudad, el forastero contra el candidato popular "de toda la vida". Había rivalidad entre los centros comerciales. Las marujas eran de uno o de otro y daba mucha risa oirlas enfrentarse como si discutieran sobre equipos de fútbol con ese peculiar estilo que tienen las señoras mayores para llamarse de todo de manera solapada y sin levantar la voz. Qué recuerdos me traen las guerras de precios y las tardes comparando ofertas en uno y otro. La triste historia de este centro comercial es que Goliath venció a David y El Corte Inglés no sólo obligó a Galerías a cerrar su centro en Alicante (y eventualmente en el resto del territorio nacional) si no que además, fagocitó el edificio y lo desmanteló por completo, para poder poner su logo verde sobre las puertas automáticas. Este es un hecho que tuvo consecuencias terribles para la economía de buena parte de la ciudad, pero eso ya es harina de otro costal. Ahora ya no hay duelo en el Oeste de Maisonnave, ahora los dos edificios parecen más bien dos centinelas que aseguran que ningún comprador abandonará la calle sin transferir parte de sus fondos a la empresa con sede en C/ Hermosilla, 112 Madrid.

Total, que imaginaros mi sorpresa al encontrar en un restaurante chino, perdido por el mundo, un pedacito de la historia económica y social de mi ciudad. Sólo me habría causado más emoción si el secamanos hubiese sido de Simago (donde iba mi abuelo a comprar el chocolate que luego nos daba a escondidas a mi hermano y a mí: Dolca, de la variedad amarga. El envoltorio era negro con rayas amarillas... ¡qué rico! Más recuerdos).

Siguiendo con mi historia, salí del baño para reunirme con mis amigos y agradecerle a J.A. su "regalo". Cuando les dije que había hecho fotos me miraron con la cara de "qué friki eres y qué poco nos sorprende", pero eso sí, se rieron a gusto.

Total, pagamos la cuenta y nos dispusimos a marcharnos. Cuando pensaba que el chino no daría más de sí (y ya había dado bastante, entre la comida y los útiles sanitarios) volví a sacar el móvil del bolsillo para realizar más fotos. Lo que sigue es una secuencia para demostrar que el restaurante existe y para mostraros lo que había justo en frente, al otro lado de la calzada:






















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Imagen curiosa 1
La entrada del restaurante.


Imagen curiosa 2
¿Quién pondría un contenedor en la puerta de un restaurante chino? Obviamente, alguien que ya hubiera comido aquí. Esto es una indirecta de tamaño familiar, y lo demás es tontería.

Imagen curiosa 3
Otra parte de la secuencia. junto al chino una farmacia y ante ella, el coche oscuro número 1.


Imagen curiosa 4
Me giro un poco más y tiro otra foto. Justo en frente del coche oscuro número 1 podemos observar el coche oscuro número 2.


Imagen curiosa 5
Esta foto no forma parte de la secuencia, es sólo que antes de hacer el giro definitivo se me presentó la oportunidad de observar uno de los actos más esquivos de la naturaleza. ¡Un empleado del restaurante chino tirando 2 (dos) bolsas de basura! Así se desmiente la leyenda de que en los restaurantes chinos no se tira nada. Como el chino no volvió a salir a tirar más bolsas, se me planteó una duda: ¿cuántas bolsas de basura gastáis vosotros al día? En casa somos tres y un gato y tiramos 2 todas las noches... es inquietante pensar que en un restaurante con turno de mediodía y noche se producen tantos (o tan pocos) desperdicios como en una casa "normal". ¿El mito se desmiente o se confirma?

Imagen curiosa 6
El final de la secuencia. Esto es justo lo que uno se encuentra frente a la puerta del dichoso restaurante, delante del coche oscuro número 2. ¡Un inodoro portátil! (mira que me hace gracia esa palabra, oye). Chino - váter, chino - váter, chino - váter... ¿soy el único que ve una lógica en esto? Definitivamente, si el tipo que lo puso aquí era el mismo que el del contenedor, tenía sentido del humor. Si no era el mismo, creo que empezaré a preocuparme.


Imagen curiosa 7
Finalmente, como de noche no se veía demasiado bien la entrada del restaurante, mandé al becario del blog (o sea, yo) al día siguiente a que sacara una foto mejor. No sé porqué mis amigos me volvieron a decir que se me iba mucho la pelota, pero qué se le va a hacer, no podía descansar sabiendo que os debía una "información clara".




Y esta es la historia del Expediente Chino. Espero veros a todos en la puerta del establecimiento haciendo cola para fotografiaros junto al ¿electrodoméstico? que formó parte de la historia. A ver cuándo lo incluyen en las guías turísticas, que estoy previendo un negocio y un posible retiro feliz a los 35.

Ahora estoy bastante cansado, disculpadme por hoy. Volveremos con más aventuras.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.

01 junio 2005

Así pensaba, así así....

Queridos hermanos, nor hemor reunio aquín para celebrar el estupendo día que he tenido y para resolver un misterio. La parte del día va a ser fácil, porque siendo hoy el primer día de mis minivacaciones, tenía que disfrutarlo o morir, así que me he tirado toda la tarde de bares y jugando al Go. Tener que estudiar durante el resto de días libres va a ser una capullada, pero por lo menos he empezado con buen pie... con una tarde llena de emoción!

El segundo asunto que nos trae aquí hoy, ha sido por culpa de la bocaza que tengo, que a veces me jode que mis papás no se estiraran con los extras y me encargaran con cremallera en el buzón. Resulta que leyendo el blog de Las Heliotagóricas (sí, otra vez) esta mañana, he visto una pregunta que me ha intrigado y he decidido responderla. Mi herror (sí, va con H. Si escribiera "error" no habría error alguno escrito!, paradojas del lenguaje... ¿o seré yo que me hago viejo, y por ende irresistible?) ha sido comprometerme a ello en público y en plazo más bien escaso. La pregunta en cuestión es "¿Por qué los supermercados que abren 24 horas al día y 365 dias al año tienen cerradura en sus puertas" y en una primera intentona, alguien había respondido que de hecho, no tienen candados, porque sus puertas suelen ser de esas automáticas que se abren solas (o esos nos quieren hacer creer).

Casi, casi me han convencido, pero luego me he acordado: todos los supermercados tienen puerta de atrás, y esa sí suele llevar candado o cerrojo en su defecto. Inmediatamente y con esta mente pleclara (aunque permanentemente obnubilada) que tengo, he deducido que la razón por la cual este tipo de establecimientos que se supone que nunca cierran tienen puertas con candado es de tipo puramente sexual. No tengo ni puta idea de cómo he llegado a esa conclusión, pero si os quedais conmigo un rato más, repasaremos ese misterio que son mis procesos mentales, a ver si podemos arrojar algo de luz sobre tamaña gilipollez que, eso sí, me ha llevado apenas unas décimas de segundo concebir. Eso sí lo tengo: cuando hago el gilipollas lo hago de manera efectiva y tremendamente rápido; debe de ser la práctica, supongo.



******** COMIENZO DE LA INVESTIGACIÓN ********

Tesis:


Que los supermercados tengan cerrojos en sus puertas tiene claras connotaciones sexuales.


Observaciones de campo, postulados y límites de la investigación:


1.- Entre los varios tipos de puertas presentes en un supermercado (automáticas, de parking, de cocheras, de atrás e interiores), al menos un tipo presenta esta clase de cerramientos. Nos centraremos específicamente en ellas. El porqué el resto de puertas son como son, no se me ha pasado por la cabeza, y eso es razón suficiente para descartarlas como objetos de estudio de la presente a menos que a mí me parezca oportuno. Y no me lo parece.

2.- El tipo de puertas con dicho mecanismo de cierre suele estar en la parte trasera del establecimiento, en lugar difícilmente accesible y, en cualquier caso, vetado a los usuarios del supermercado en cuestión.

3.- Las áreas difícilmente accesibles antes citadas suelen estar poco iluminadas de noche (no hace falta, no hay nadie allí) y de día (no hace falta, de día se ve bien clarito que es una puerta trasera de acceso restringido).

4.- Sólo los empleados en cargos de responsabilidad suelen tener llave de las mencionadas puertas. Ellos y los cerrajeros, pero éstos no cuentan por razones obvias. Aunque alquien pudiera argumentar que el supermercado está lleno de botellas de refresco de 2 litros, descartaremos su uso como herramienta para abrir puertas ya que sólo el gremio cerrajeril cuenta con el conocimiento para utilizar tan preciado recurso, y ellos no nos van a contar cómo hacerlo.

5.- Las mencionadas puertas pueden conducir a: un universo paralelo; el olvido cósmico; una fantasía inefable o un lugar oscuro y sórdido. Tómese nota de este punto, pues se probará vital en el transcurso de nuestra investigación. Esta afirmación es perfectamente sostenible si tenemos en cuenta los puntos 2 y 3 anteriormente expuestos, consecuencia directa de los cuales es que el investigador nunca accedió a tales lugares y por tanto, la única consecuencia lógica posible es aventurar un destino para dicho umbral. Los cuatro propuestos en este punto son los que generamente se aceptan como más comunes o verosímiles. A mí me vale, jodeos.


Hipótesis:


Todos los puntos anteriores tienen en común dos cosas: todos se relacionan con las puertas con cerrojos de los supermercados y todos tienen connotaciones sexuales.


Discusión:


El hecho de que todos los puntos anteriores se relacionan con puertas es bastante obvio. En todos los párrafos aparece la palabra "puerta" o "puertas" que es prueba más que suficiente para relacionarlos. Éste ha sido fácil, vayamos con la segunda parte.

Analizaremos la relación de cada punto con el motivo sexual por separado:

La clave de la lectura del punto 1 nos la da el hecho de que vivimos en un estado constitucional y que la citada constitución reconoce como lícita más de un tipo de opción sexual. Los supermercados al estar ubicados en dicho estado, tienen que respetar esa libertad de elección constitucional, por lo tanto: varias opciones sexuales, varios tipos de puerta. Claro como el agua.

El párrafo 2 habla de la ubicación y el (difícil) acceso a la mencionada puerta como metáfora de las dificultades del ciudadano medio (clientes del súper) a la hora de conseguir relaciones sexuales: simplemente es algo que no está al alcance de todo el mundo. Si no, pensad en cuántas noches habéis querido trincar y os habéis vuelto a casa más sól@s que la una. Y cuando tenéis acceso a ellas, qué especiales os sentís.

En el punto 3 es donde se ve más clara la doble moral de la sociedad actual respecto al sexo y a las puertas. Se intenta ocultar la existencia de la puerta dificultando su visibilidad de noche, mientras que de día (cuando es imposible ocultar su existencia) se coloca la advertencia de "prohibido el paso" o "sólo personal autorizado" y se pretende que las masas la ignoren. Lo intentamos (ignorarla), pero sigue ahí. Es parte del supermercado, y por muchos carteles que le pongan (o bombillas que no le pongan) va a seguir estando ahí.

Si el punto 3 ponía de manifiesto la naturaleza de la sociedad como ente hipócrita en su conjunto, el punto 4 habla de la naturaleza del ser humano. El hecho de que sólo los que manejan el cotarro del supermercado (y sus elegidos o elegidas) tengan acceso a la puerta es otro mecanismo más de control. Al reservarse ese privilegio, los encargados extienden su control de manera inconsciente, ya que los empleados cuando piensan "Fulanito Pelótez tiene la llave de la puerta, cómo me jode" no hacen otra cosa que admitirse a sí mismos que están jodidos porque F. P. tiene la llave... y no deja de ser curioso que manifiesten su frustración a través de la fornicación figurativa como recurso expresivo.

Finalmente llegamos al punto 5. Dado que este humilde investigador nunca conoció a nadie que supiera describirle con exactitud qué se encuentra al otro lado de la puerte, sólo cabe admitir la posibilidad de que lo que se halla al otro lado de cada puerta con cerrojo en la parte trasera de los supermercados sea diferente para cada individuo. Ante esta posibilidad y después de haber estudiado los 4 puntos anteriores que refuerzan mi hipótesis, el lector (lectora) avezado (avezada) descubriró (descubrirá) que todos los destinos propuestos a título de especulación en el antes citado punto 5, son más que válidos y perfectamente plausibles dependiendo de las circunstancias y la puerta en cuestión. Otro punto más en común entre las puertas y el sexo: la variedad de destinos.


Conclusiones:


Habiendo demostrado ambas partes de la Hipótesis para todos los puntos de estudio fijados en el segundo apartado de esta investigación, es de personas inteligentes y coherentes (a ver quién me dice que no ahora) considerar que queda más que probada una relación entre el sexo y las puertas con cerrojos de los supermercados que nunca cierran. Por lo tanto, la conclusión dictada por la lógica y la razón es que la tesis "Que los supermercados tengan cerrojos en sus puertas tiene claras connotaciones sexuales" es cierta.

Así Queda Demostrado.

********* FIN DE LA INVESTIGACIÓN ********


Pues eso, que a grandes rasgos, así es como pienso yo cuando se me ocurre decir una tontá. Claro que todo va mucho más deprisa de como lo habéis leído, pero supongo que ese es otro factor clave de los razonamientos tan "acertados" que tienen como resultado ese tipo de pesquisas. Ahora, después de mostraros cómo funciona el cerebro (por llamarlo de alguna manera) éste tan especial que tengo, me encuentro más que agotado. Espero que a Eva le resulte satisfactoria esta justificación del comentario dejado en su bitácora, pero es que no doy para más.

Buenas noches y Saludos Peludos,

Diego.